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Desnutrición en ancianos: causas, consecuencias y soluciones.

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La desnutrición afecta hasta un 8% de los ancianos en su domicilio pero, si lo extrapolamos a la población general, de las personas desnutridas un 70% de ellas son ancianos, esto es, la mayoría. Las consecuencias de la desnutrición en las personas mayores son graves: es causa de fragilidad, más enfermedades, ingresos hospitalarios y agravan sus propias patologías. ¿La buena noticia? El 60% de los casos, más de la mitad, son reversibles (tienen solución).

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Imagen de Germán Burrull en Pixabay

Las consecuencias de la desnutrición son múltiples y pueden acortar la vida de nuestro ser querido.

Con esto no quiero que te obsesiones, hay que valorar cada caso, y también entran en juego otros factores que ya veremos (como la calidad de vida). Sea como sea, voy a ir desgranando este problema.

¿Qué es la desnutrición en ancianos?

La desnutrición en el anciano puede ser un signo de enfermedad. Lo cierto es que se define como la alteración de la composición corporal por falta absoluta o relativa de nutrientes.

Algunas maneras que tenemos los médicos de medirla es:

  • Mediante la pérdida involuntaria de peso (sigue comiendo lo mismo pero ha bajado X kg el último año o últimos 6 meses).
  • La pérdida de peso en general (que también puede ser voluntaria).
  • Disminución importante de la ingesta (come menos).

En definitiva, la desnutrición es algo que genera mucha alarma en la familia y puede que te preguntes qué puedes hacer para que suba de peso o por qué baja si come «como siempre».

Causas de la desnutrición

Es un tema complejo en el sentido de que las causas son muchas y variadas y suelen mezclarse en una misma persona, algunas de ellas son:

  • Cambios fisiológicos asociados a la edad.
  • El entorno físico (comemos mejor en compañía y con variedad en los menús, comer es un acto social).
  • Enfermedades que conllevan dietas específicas (tensión alta, diabetes…).
  • Comer le genera síntomas desagradables (le da náuseas, vómitos, dificultad para tragar…).
  • Infecciones y enfermedades de larga evolución
  • Alteraciones de la boca (infecciones, pérdida de piezas dentales…).
  • Problemas de la musculatura de la boca (orofaríngea): como en el ictus, demencia, Parkinson y algunas enfermedades digestivas.
  • Otras enfermedades que afecten al aparato digestivo.
  • Aumento de las necesidades nutricionales por hipercatabolismo (su cuerpo consume mucha energía por: infecciones graves, úlceras por presión, politraumatismo, cáncer…).
  • Hospitalización.
  • Fármacos (los medicamentos son causa frecuente de problemas digestivos, falta de apetito, boca seca, etc…).

Como puedes ver las causas son muchas, por eso lo ideal es que lo veas con un médico o especialista y le aportes datos concretos (cuánto ha bajado de peso y en cuánto tiempo) en la medida de lo posible, así como otros síntomas.

Consecuencias de la desnutrición

Las consecuencias de la desnutrición son variadas:

  • Pérdida de peso y grasa.
  • Hinchazón de piernas, diarrea…
  • Disminuye las defensas lo que aumenta el riesgo de infecciones.
  • Falta de energía y depresión (que empeora la pérdida de apetito).
  • Riesgo de intoxicación farmacológica (cambia el metabolismo y puede hacer falta modificar las dosis).
  • Síntomas específicos de cada déficit (por ejemplo, si le falta vitamina C: problemas de cicatrización y sangrado de encías, entre otros).

Identificación de la desnutrición

Ahora bien, ¿cómo puedes sospechar que la persona a la que cuidas está desnutrida?

  • Porque baja de peso o la ropa le queda «demasiado floja».
  • Tiene la boca seca con demasiada frecuencia.
  • Come solo/a la mayoría de las veces.
  • Come pocas comidas al día (menos de 2).
  • Bebe alcohol en exceso.
  • Toma muchos medicamentos.
  • No come variado (faltan frutas, verduras y lácteos).
  • No siempre está en condiciones de comprar, cocinar o comer (por su estado de salud, economía o una depresión…).

Prevención de la desnutrición

Para prevenir la desnutrición es importante que coma «de todo», es decir, por ejemplo, una dieta Mediterránea: rica en frutas, verduras, proteínas (carne, pollo, huevo…), evitar beber alcohol y disminuir los medicamentos que toma a los mínimos necesarios con su médico. Si, además, colaboras en llenar su nevera de alimentos nutritivos y la familia evita que coma solo/a, mucho mejor.

Y, por supuesto, los chequeos médicos necesarios para que, si hay una enfermedad, detectarla lo antes posible y ponerle remedio.

Abordaje de la desnutrición

Lo que haría en mi consulta (u otro médico) sería valorar su caso mediante test especiales para desnutrición. También con apoyo de analítica si es necesario así como recabando la mayor información posible.

Las maneras de abordar la desnutrición dependerán del caso individual y sus causas.

En esencia, si se debe a que no come lo suficiente la vía de elección es la oral (por boca) y aumentando los nutrientes hasta cubrir sus necesidades diarias, siempre contando con el apoyo activo de la familia.

En ocasiones, la nutrición puede ser por vía intravenosa o gástrica, pero son casos muy especiales y no son medidas que siempre se apliquen (y mucho menos sin consultar con un médico).

Si se trata de falta de apetito por depresión, sabemos que el origen es más emocional y se tratará desde esa raíz además de mediante una dieta nutritiva.

Pero las causas pueden ser otras: una infección, úlceras o hasta un cáncer.

Como médica siempre intentaría resolverlo en colaboración con la familia pero, como sabemos, esto es posible en la mayoría de los casos pero no en todos. En un cáncer, las prioridades cambian.

Recursos y apoyo

Es recomendable que busques apoyo en tu propia familia y, también, en los profesionales.

Tu médico de familia y enfermera te pueden ayudar mucho y, de hecho, deberías recurrir siempre a ellos. No podemos dar por hecho que «no come porque no quiere», puede haber algo más y hay que estudiarlo.

También son recomendables los nutricionistas así como apoyo social de comunidades de cuidadoras de ancianos, familiares comprometidas en los cuidados que comparten impresiones acerca de este y otros temas.

Conclusión:

Primero hay que detectar la desnutrición lo antes posible. Si la sospechas, recurre a un médico (puede ser tu médico de familia inicialmente) y enfermera para estudiarla y tratarla de forma integral (teniendo en cuenta todo: los aspectos físicos, psicológicos y sociales o del entorno). Trata de darle a tu médico la información más concreta posible así como qué medicamentos toma y qué antecedentes tiene.

Si eres una cuidadora familiar de un ser querido mayor y te preocupa su nutrición y bienestar, te invito a unirte a nuestra comunidad de cuidadoras. Aquí, encontrarás un espacio donde compartir experiencias, recibir apoyo emocional y acceder a recursos valiosos. Juntas, podemos aprender a enfrentar los desafíos que surgen en el cuidado de nuestros seres queridos.

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